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viernes, 3 de junio de 2016

MI ULTIMO VUELO



Me presento: soy Oswaldo, ahora tengo 60 años y estoy enterrado en el cementerio parroquial de Oza de los Rios.  Nací en la Argentina, y un día decidí viajar a España, quería solucionar unos problemas económicos que tenía la familia; al llegar a Barajas me detuvo la guardia civil porque llevaba unos cuantos kilos de coca en la maleta; el juez me condenó a siete años cárcel, y me llevaron a Teixeiro.
Allí conocí a dos voluntarias de la pastoral penitenciaria, la Hna. Milagros y Pacita, las dos ensayan el coro para los actos litúrgicos, aprendí un montón de canciones, pero sobre todo, me ayudaron a sobrellevar la pena de estar en prisión.

Al tercer año de prisión me diagnosticaron un cáncer de páncreas, la justicia me ofreció irme a mi país a terminar de cumplir la condena; pero, allí se necesitaba mucha plata para operarme, y me quedé en España. Cuando me ingresaron para la intervención, me acompañaron mis amigas las voluntarias, venían a verme al hospital, me animaban, me traían cosas..., muy bien. Estuve siempre en contacto con mi familia en la Argentina, pero nunca les comenté nada de mi enfermedad.

Cuando me dieron el alta, regresé a la cárcel, y lo celebramos con una pequeña fiesta en el ensayo del coro; cuando aún no había transcurrido un año y después de pasar por las revisiones pertinentes se me vuelve a reproducir el tumor, no había solución. La Hna. Milagros y Pacita, se movieron para que pudiera morir en mi tierra, y cuando ya tenía todos los papeles para marcharme y mi familia me esperaba en Argentina, con el billete sacado, me llevan al aeropuerto,  me despido de mis amigas las Hna. Milagros y Pacita, subo al avión, y poco antes de despejar, el comandante del vuelo, ordena que me bajen de la nave; la causa, el no ir escoltado ni llevar esposas en las manos, dada mi condición de preso.

A los dos día fallecía en el hospital de A Coruña, la prisión se hizo cargo del entierro y la pastoral celebró mi funeral, me dieron sepultura en un panteón de la parroquia de Oza, incluso me han colocado  una placa con mi nombre, fecha de nacimiento y el día de mi muerte.

Algunas veces vienen a verme, me cuentan algunas cosas de nuestra vida en la cárcel y me dejan unas flores en el panteón.

Manuel Garcia Souto
Responsable Pastoral Penitenciaria


miércoles, 1 de junio de 2016

Adolescentes en conflicto con la Ley


Los adolescentes españoles en cifras[1]
            España, un territorio dividido en 17 autonomías y las provincias autónomas de Ceuta y Melilla, cuenta con una población de 46.624.382 habitantes.[2]
En lo que se refiere a adolescentes entre 14 y 17 años, dentro de la población general, contamos con 1.785.304, entre chicos y chicas.
Por Edades
Chicos
Chicas
Total
14 años
221.475
209.518
209.518
15 años
224.050
211.443
211.443
16 años
232.573
218.948
451.221
17 años
240.440
226.870
467.310
Total
918.546
816.763
1.785.304

Dentro de esta población general de 1.785.304 adolescentes españoles entre los 14 y 17 años, no todos gozan de una situación familiar, de educación, etc. satisfactoria para su vida; hay dos grupos dentro de esta población que requieren una atención especial:
            1.- Un grupo se encuentra en situación de riesgo, desamparo y tutela. A este grupo le ampara legalmente la Ley de Infancia y Adolescencia del año 1996, y recientemente reformada.
            2.- Y el segundo grupo, son los que han cometido delitos o faltas, y técnicamente se les denomina adolescentes infractores o en conflicto con ley (5/2000 BOE 12 de Enero) y titulada Ley Reguladora de la Responsabilidad Penal del Menor. A este grupo, es al que nos vamos a referir en el presente artículo.
 1.- Adolescentes infractores o en conflicto con la Ley
            Los datos estadísticos últimos conocidos son del final de Septiembre de 2015 y publicados por el Instituto Nacional de Estadística, y referidos al año 2014.
            1.1.- Infracciones penales y su tipología
                        En el año 2014 se inscribieron 25.717 infracciones penales, de las cuales el 62,3% fueron delitos y el 37,7% faltas.
En cuanto a los delitos, la mayoría fue por robos (39,7%) del total, siguiéndole la de lesiones (17,59%)  y la de torturas y contra la integridad moral (10,2%).
Fijándonos en las faltas contra las personas fueron el 60% y contra el Patrimonio el 36,1%.
            1.2.- Por sexo, edad y nacionalidad
            Los chicos cometieron más del 80% de las infracciones penales y las chicas no llegaron al 20%.
Del total, un 76,5% las cometieron jóvenes con nacionalidad española y un 23,5% jóvenes extranjeros. En cuanto a la edad los de 16 y 17 años, casi doblan a los de 14 y 15 años. En este caso, si nos fijamos en los datos generales de población, observamos que los adolescentes de entre 16 y 17 años, son también más numerosos que los de 14 y 15 años.
 Tabla 1. Estadística por provincias
Estadística de condenados: Menores. Año 2014. Resultados por provincias
Provincias
Ambos sexos
Hombres
Mujeres
La Coruña
272
186
86
Lugo
61
47
14
Orense
63
52
11
Pontevedra
94
78
16
Total de España
15048
12.147
2901

 Tabla 2. Estadística por autonomías
Estadística de condenados: Menores. Año 2014. Resultados por Comunidades


Comunidad Autónoma
Número de delitos
Andalucía
3.398
Aragón
274
Asturias
280
Baleares
550
Canarias
728
Cantabria
218
Castilla y León
886
Castilla-La Mancha
710
Cataluña
1800
Valencia
2411
Extremadura
433
Galicia
490
Madrid
1257
Murcia
554
Navarra
206
País Vasco
508
La Rioja
134
Ceuta
132
Melilla
79




Tabla 3. Evolución en España y en Galicia en número de delitos

Infracciones Penales
2009
2010
2011
2012
2013
2014
España
17.522
18,238
17.039
16.172
14.744
15.048
Galicia
473
790
756
657
541
490



2.- Consideraciones

            Después de esta serie de datos, nos vamos a fijar en los sujetos, que son seres humanos y al igual que nosotros tienen necesidad amar y ser amados, de hacer y que se les reconozca lo poco que hagan, de celebrar todo acontecimiento por pequeño que sea, así como de creer en algo o en alguien.

            2.1.- ¿Quiénes son?. Rasgos comunes

            Se trata de adolescentes con edad entre 14 y 17 años, con carencias afectivas, familiares y sociales; en algunos casos con carencias materiales, culturales y espirituales. Presentan perturbaciones de su personalidad y modelos negativos en su ser y hacer. Son inseguros, inestables y tachados de conflictivos. Para reafirmar su propia personalidad y conseguir prontamente lo que desean, responden con conducta de rebelión, oposición y enfrentamiento.

Sus niveles de relación son difíciles con adultos, iguales, familia e instituciones. Bajo control de sus impulsos, poca tolerancia a la frustración y obsesionados por tener cosas, no importándoles los medios para conseguirlas, ni midiendo las consecuencias de sus hechos.

Con poca paciencia ética y moral, todo lo justifican: el robo, el sexo y los daños. Son propensos a buscar escapatorias en la droga, en el sexo, en las nuevas tecnologías; promiscuos y afectividad mal vivida, prácticas sexuales de riesgo y muy tempranas. A veces manifiestan sentimientos de impotencia, inferioridad y fatalidad. Rotos y desestructurados por dentro.

Las medidas de los jueces las consideran injustas; no admiten su culpa y se rebelan contra las estructuras y personas que las dirigen. En unas se acomodan y de otras intentan fugarse.

            2.2.- ¿De dónde vienen?

            De una sociedad que lo ha acogido. Esta sociedad se encuentra polarizada y en ella predominan los valores de materialismo, prepotencia y exclusión; donde se descuida el cultivo de los valores humanos y religiosos.  Como seres humanos, algunas veces estos adolescentes están sujetos a tener limitaciones, equivocarse y hacer el mal, pero con enormes posibilidades de cambio, poniendo los medios; las primeras deben ser superadas y las últimas potencializadas con el fin de lograr el desarrollo integral de la persona.

La sociedad que los acoge es anonimizadora, no presta atención a la persona concreta, donde todo se quiere alcanzar sin esfuerzo. Una sociedad que pierde de forma creciente su responsabilidad, y donde los niños y adolescentes viven demasiado tiempo solos y los adultos viven contrarreloj. Se ha perdido el tiempo dedicado al encuentro, diálogo y escucha. Nuestra sociedad se ha colocado en el ansia de tener, sin mirar los medios, con poca conciencia ética y moral, se forma desde pequeños a los hijos en los hábitos de subir pisando, realizarse y que nadie los supere. Se fomenta el culto al cuerpo y el disfrute sin frenos. Dentro del cuerpo social ha perdido fuerza moral: desde la corrupción, no se pueden exigir los valores éticos, cívicos y religiosos.

Nuestra sociedad es excesivamente permisiva, que en aras de una sociedad mal entendida crea en los niños y adolescentes el convencimiento de que todos sus deseos deben cumplirse "ya, cuando "no", hay que revelarse violentamente contra quien pretende ponerles freno.

             2.3.- Viven normalmente en familia

            Al hablar de la familia, ordinariamente nos encontramos con dos modelos de familia: las multiproblemáticas y desestructuradas y por otro lado, las familias normalizadas y pudientes.

                        A.- Las Multiproblemáticas y Desestructuradas

                        Familias con bajo índice económico, social y cultural y en disonancia educativa. Con poca organización de vida, con ausencia de controles y límites, donde en algunas se practica la violencia psíquica, física y sexual.

Familias monoparentales en las que se observa soledad y sobreprotección. Familias en las que en los conflictos se usa los hijos como arma arrojadiza contra el otro cónyuge. En algunos casos, en las uniones de diversa índole, se aporta al núcleo familiar, hijos de anteriores uniones y, a veces, no a todos se les atiende de la misma manera.

Algunos progenitores sin medios y en paro, sin poder dar alimentos y educación a los hijos. En algunos casos, se da el hecho de que algunos no quieren trabajar, viviendo de los trapicheos y obligando a sus hijos a practicar la mendicidad, privándoles de ir a la escuela.

Familias que dejan que sus hijos sean educados por los medios visuales, auditivos y técnicos. Familias en las que sus progenitores han sido juzgados y encarcelados.



                        B.- Familias normalizadas y pudientes

                        Formadas por uno o dos hijos a los que nada les suele faltar. Familias que no tienen carencias de medios materiales, pero que se desentienden o despreocupan de sus hijos so pretexto de trabajo o de ocio, dejándolos solos a merced de los amigos  y pandillas y del uso indiscriminado de las nuevas tecnologías, sin prever ni estar atentos a los peligros que éstas les pueden causar.

Familias acomodadas y de buena situación donde las cosas han suplantado a los valores y el ansia de tener y aparentar ha oscurecido la necesidad de Ser; donde sus hijos reciben de todo menos presencia, atención y amor, encontrándose con hijos insatisfechos donde sus respuestas son insultos y toda clase de vejaciones, viéndose obligados a denunciarlos ante los tribunales; a este hecho grave, antinatural, progresivo  y ascendente, se le denomina violencia filio-parental, a la que prestamos especial atención.

             2.4.- Violencia filio-parental

            Es aquella violencia que es ejercida por los hijos adolescentes, varones o mujeres, menores de 18 años, contra sus progenitores, o a quienes hacen sus veces: abuelos, tutores, guardadores. Y se trata de una violencia hecha de forma intencional, consciente y reiterada, con la finalidad de utilizarles, atemorizarlos y obtener pode, control y dominio sobre sus víctimas y así poder conseguir lo que desean, causándoles sufrimientos y daños de orden físico, psicológico y económico.

            - Los daños físicos suelen consistir, si no es verbal, en empujones, golpes  y agresiones; y si es verbal, en insultos graves y amenazas.

            - Los daños económicos, en rotura de los objetos apreciados por los padres, robos y deudas, que en razón de su minoría de edad, los padres deben responder ante dichos daños.

            - Los sufrimientos y daños psicológicos son los de la rotura del equilibrio emocional de la víctima, desvalorizándola, bajando su autoestima, ocasionándole sentimientos de fracaso o frustración, por no saber o poder educar y socializar a sus hijos.

En general, se trata de adolescentes varones en casi un 80%, frente al 20% de las chicas, que, aunque no es tan violenta, su actuar es más refinado, atacando sentimientos, llegando en muchas ocasiones a afectar seriamente el equilibrio psíquico de los progenitores o de quien se responsabiliza de ellos.

La violencia de unos y otras, se suele desarrollar en el hábitat de las familias aparentemente normalizadas, de clase media-alta, con abundantes medios económicos y posibilidades de orden educativo y cultural.

Si nos referimos a las edades, suelen darse en algunos casos en la etapa del final de la adolescencia, pero en donde más predomina es entre adolescentes de 14 a 17 años.

Las víctimas mayoritariamente suelen ser de género femenino, en razón de su menor fortaleza física y de estar más tiempo con ellos.

            En cuanto al perfil psicológico, participan de muchos de los rasgos expuestos anteriormente sobre la conflictividad en general en adolescentes, pero añadimos algunos específicos para este tipo de violencia filio-parental:

            - Búsqueda del propio interés sin tener en cuenta los modos de conseguirlo.

            - Crecen en la idea de que ellos son los únicos.

            - Sin conciencia ni aceptación de existencia de normas que regulan la convivencia.

            - Donde los "otros" son solo un instrumento para satisfacer sus deseos y cuando encuentran resistencia tienden a anularlos de la forma que sea.

            - Solo les preocupan sus puntos de vista y necesidades que cubrir.

            - El edificio familiar lo consideran como un alojamiento con todas las ventajas y ninguna exigencia a cumplir.

            - Su socialización se realiza con sus iguales y colegas.

            - Normalmente estos adolescentes han crecido en un entorno donde nadie es capaz de poner coto a sus apetencias y delimitarles los márgenes de lo permitido. Donde los padres no se encuentran en una situación de saber decir "no" e imponer sus criterios.

Junto a este comportamiento violento, no entramos a analizar la violencia intergeneracional entre adolescentes, ni la violencia ejercida tanto por los padres como por los hijos contra los profesores y educadores.

             2.5.- La escuela

            La escuela, como lugar de formación y socialización, es un ente donde falta reconocimiento de su acción social, donde en algunos casos faltan criterios educativos estables, en razón de los cambios continuos de los planes de estudio, donde existe a veces un divorcio entre la familia y la escuela, y cuando los padres se acercan a ella, es a defensa ultranza de sus hijos ante comportamientos inadecuados, desautorizando la labor del profesor. Ella misma se considera poco vocacionada y no del todo bien pagada, a veces se implica en la atención preferencial al diferente con una educación a la medida, donde esta clase de adolescentes la sufre y la aguanta, interesándoles poco lo que se les quiere enseñar, y en cuanto pueden, la abandonan.

En su acción educativa predomina más el orden y la disciplina que la creatividad, participación y la enseñanza activa-experiencial, se defienden más los éxitos académicos que el crear hábitos de ayuda y solidaridad.

            2.6.- La calle

Para muchos de estos que llamamos infractores, la calle es el todo, algunos hacen de ella su hogar. Las gradas de las iglesias, los respaldos de los bancos, de los parques, pasan mucho de su tiempo, lo mismo que la familia, la escuela y el trabajo. La calle es usada como lugar de intercambio de todo, es su lugar de socialización, donde se encuentran bien con sus iguales sin hacer nada, sintiéndose libres en el anonimato.

Para ellos es la universidad de la vida, por cuyo campus deambulan haciéndose notar con el deseo de no ser tragados por la moda y la técnica, aunque acaban siendo esclavos de ellas.

En grupo no se cortan, se hacen ver mediante pintadas y vestimenta identificadora, defienden su territorio y se manifiestan reivindicadores.

            2.7.- La Iglesia

            Muchos por costumbre familiar o social recibieron el bautismo y, algunos, la primera comunión. Pero la Iglesia ha estado generalmente ajena a su realidad y a veces ha practicado más el juicio que la acogida y la misericordia. Mayoritariamente a estado ausente a su ser y maneras de comportarse con la impresión de que poco o nada se puede hacer. A algunos, sí se les ofrece lugares donde estar y relacionarse, pero se tiene miedo de hablarles de un Padre Misericordioso y un Jesús amigo. En muchos de ellos, la visión de iglesia suele ser negativa y pasan de ella.

Ante esa persona sujeto de derechos y deberes que hemos señalizado y sus circunstancias de sociedad, familia, escuela e iglesia, trabajo no falta, alguien nos necesita.

 3.- Tareas a realizar

             3.1.- Humanización

            Al hablar de humanización nada mejor que partir de lo que San Francisco nos dejó dicho y escrito:

"Señor, haz de mi un instrumento de tu paz, que donde haya ponga yo amor, donde haya ofensa ponga yo perdón, donde hay discordia ponga yo unión, donde hay error ponga verdad, donde hay duda ponga fe, donde hay desesperación ponga esperanza, donde hay tinieblas ponga luz, donde hay tristeza ponga yo alegría. Que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar, en ser comprendido como en comprender, en ser amado como amar, pues dando se recibe, perdonando se es perdonado, y muriendo a ese camino equivocado, se resucita a una vida de dignidad".

 Priorizando:

            - Humanizar las leyes y a quienes las interpretan y aplican

            - Pasar de una justicia punitiva, retributiva, a una educativa y restaurativa, que supone abandonar el sistema punitivo y avanzar hacia uno restaurativo. Si yo hago daño, la solución a ese daño ocasionado no está en cumplir una pena, más bien, estará en resarcir el daño hecho.

            - Luchar para que ese adolescente en desventaja social se le reconozca como una persona en proceso de desarrollo y maduración, con capacidad de equivocarse y enmendarse; con unos derechos reconocidos y posibilidad de cambio que sabe reconocer sus errores, pide perdón y está dispuesto a reparar.

            - Al aplicar las medidas en los Centros hay que fijarse más en que se trata de un adolescente en desarrollo, que de un número de expediente que se abre.

            - Que en razón de su libertad tienen la capacidad de aceptar y rechazar lo que se le ofrece a costa de su bien o de su mal. A nosotros nos queda el acompañar y orientar, para que desarrolle hábitos y habilidades personales y sociales que le ayuden a cambiar sus malas conductas y pueda insertarse lo más pronto posible a su entorno familiar, pueblo o barrio.

            - Entre esas habilidades están la relación con los demás, la expresión de sentimientos, hábitos de estudio y trabajo  y resolución de los conflictos que mantenga con su familia y sociedad.

            - También reconocer los hechos que se le imputan, si realmente los ha cometido, y conocer sus derechos y deberes.

            - Ayudar a conocer y desarrollar las capacidades dinamizadoras y socializadoras que pueda poseer como base para su estabilidad emocional.

            - Reforzar sus conductas de sinceridad y lealtad y saber controlar y encauzar su agresividad cuando aparezca o se presente.

             3.2.- Reforzar las conductas

            - A los que la medida del juez ha sido internamiento, el objetivo no es el estar, sino el salir, en orden a una eficaz inserción.

            - Potenciar y mejorar si es necesario la relación con su familia y su entorno.

            - Contactar con la familia del adolescente, ya sea cuando ellas vayan a visitarle o nosotros nos acerquemos a visitarlas.

            - Conocer las zonas barrios y amistades de donde proceden con el fin de descubrir las posibilidades reales de inserción.

            - Recabar de la familia su disposición a aceptarle, darle apoyo y colaborar en su proceso reeducativo.

            - Llegado el momento de la salida del régimen de internado, si están dispuestos a acogerlo, exigiéndole unas pautas de comportamiento y formación que impida la reincidencia.

             3.3.- Formación

            Dios, queriendo formar a su imagen y semejanza al hombre, lo hizo con el barro de la tierra y luego, dándose cuenta que éste estaba sólo, formó la mujer y les dotó de facultades y cualidades innatas.

Recibidos todos esos dones gratuitos, ellos quisieron tener la sabiduría de Dios, quebrantaron el mandato de no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal y fueron expulsados del paraíso, perdiendo todos los privilegios y cualidades que gratuitamente de forma innata y sin esfuerzos se les había dado.

En adelante, se les crean necesidades, y para subsistir tienen que formarse y trabajar el día a día con el sudor de su frente.

Estos adolescentes (como nosotros) tienen unas necesidades que para superarlas será necesario partir de unos valores y mantener unas actitudes.

Necesidades
Valores
Actitudes
Alimentarse
Descubrir el valor del alimento
Dietética, templanza, preparación culinaria
De actividad - hacer
Expresión corporal, ejercicio y se le reconozca lo que hace
Deportividad, atletismo, ejercicio  y movimiento
Salud
Sentirse bien y bienestar
Higiene  y  prevención
Multiplicarse
Amar y ser amado, afectividad y quererse
Amor, atracción y contención
Seguridad
Entendimiento, defensa y paz
Confianza, justicia y diálogo
Creatividad
Trabajo y esfuerzo
Espíritu de trabajo, solidaridad e imaginación
Estimación, reconocimiento y valoración
Prestigio y bien decir
Dignidad personal, respeto y humildad
Autonomía y libertad
Civismo, educación y criterio
Liberación, sinceridad y responsabilidad
Orden, limpieza y belleza
Expresión artística y armonía
Amor a la naturaleza, ecología y admiración
Pertenecer a un grupo
Relacionarse, comunicación y diversión
Diálogo, tolerancia, altruismo y apertura
Celebrar
Fiesta y alegría
Corazón abierto, participación y respeto
Autorrealización
Autoestima
Sentirse bien
Trascendencia
Fe y esperanza
Abiertos al espíritu
Amistad
Disponibilidad y cordialidad
Confianza, cooperación, comunicación de bienes y saber perder



            a) Formación básica

            - Incrementar sus niveles culturales compensando las deficiencias y procurando el adecuado progreso

            - Eliminar actitudes de rechazo fomentando el interés, la motivación y el esfuerzo

            - Procurar la adecuada integración, partiendo de sus niveles reales de conocimientos

            - Mitigar las deficiencias y el fracaso escolar que presentan

            - Afrontar sus dificultades específicas de aprendizaje con una ayuda cercana y personalizada de las tareas

            - Entrenar al adolescente en hábitos y técnicas de estudio

            - Promover inquietudes personales que favorezcan la necesidad de formación

            - Formación para la salud: hábitos saludables, sustancias nocivas, afectividad, equilibrio emocional, manejo del conflicto

            b) Formación Laboral

            - Desarrollar y potenciar autonomía y responsabilidad en la preparación para el trabajo.

            - Iniciar profesionalmente al adolescente en conocimientos y destrezas prácticas.

            - Comenzar a conocer de forma gradual y progresiva el mundo del trabajo, que tenga en cuenta lo difícil que es conseguirlo y lo fácil que es perderlo.

            - Adquirir conciencia de la necesidad de formarse para tener un trabajo, y que se dé cuenta de que las perspectivas de futuro van por mal camino.

            - Desarrollar destrezas para la búsqueda de empleo.

            c) Formación Trascendente

            - Ayudar a los adolescentes a descubrir los planes de Dios sobre su vida facilitando un proceso educativo integral incluida la visión trascendente, presentando la persona y vida de Jesús en forma explícita y comprensible.

            - Cuando el proceso de la primera fase lo aconseje, incorporar la catequesis sistemática como medio de educación en la fe, ya ellos la pidan o nosotros se la ofrezcamos, y acepte pasar a la sacramentalización y otras celebraciones de forma continuada, aprovechando los momentos fuertes de Navidad, Cuaresma y Pascua.

            - Poder descubrir a Jesús como amigo, a María como madre y a Dios como padre y madre.

            3.4.- Evangelizar

            El Concilio Vaticano II, nos recuerda la obligación, que como Iglesia, tenemos de evangelizar sobre todo a los niños, adolescentes y jóvenes que son su Esperanza.[3]

Una Iglesia que en su atención y preocupación pastoral, se cuidara sólo de sus 99 ovejas y desatendiese y no se ocupase de la extraviada, no sería una Iglesia acorde con los valores del Evangelio y lo que Jesús quiere. Solo si se acerca a los pobres y oprimidos, se pone de su lado, lucha y trabaja por su liberación, dignidad y bienestar, puede ser creíble.

Se puede decir que la confianza en ella se la juega en la cercanía o lejanía de las pobrezas, marginaciones y sufrimientos de los hombres y mujeres de hoy; en lo que se refiere a los adolescentes en conflicto con la ley, en verles más como agresores que como agredidos o en peligrosos y no con peligro de exclusión social.

Con la actitud paciente del padre misericordioso, en este año santo, y con la actitud esperanzadora del Buen Pastor que confía en atraer a las ovejas que se encuentran extraviadas, el agente de pastoral debe esperar confiado, aún contra toda humana esperanza, en la resocialización de los adolescentes a él confiados.

Pautas:

- Cristo sigue ofreciendo de forma gratuita su amor y salvación a todos.

- Que esa evangelización es obra del Espíritu Santo que actúa a través de la mediación. La Iglesia debe encargar esa misión a personas vocacionadas y preparadas.

- Para que la evangelización sea real debe comenzar por presentar a un Dios padre y madre misericordiosos, y a un Jesús amigo, cercano y atrayente de acuerdo a su nivel de maduración y comprensión del mensaje cristiano.

- Que esa evangelización no se realizará ni tendrá efecto si personalmente no se ha experimentado el amor y el perdón de Dios y de los hombres.

- Que no tendrá resultados si no se respetan la progresión de las etapas previas del primer anuncio, toma de contacto, acción catequética y celebrativa.

- Los evangelizadores nombrados por el Obispo de cada iglesia local, encarnando las actitudes del Buen Pastor, se dejan invitar, les conocen por la vida del corazón, caminan delante de ellos, predican con ejemplo y comparten sus alegrías y penas.

4.- Conclusión. Deseo que:

- Nos fijemos en esas familias llamadas "desintegradas" y en las que aparentemente son "normales", y en sus hijos con carencias, cuando tienen problemas, no cuando nos los dan.

- Apostemos por la prevención incidiendo en los factores de riesgo y fomentando las actividades que favorezcan los procesos de integración de estos adolescentes y su familia.

- Desde lo público, potenciemos y controlemos la forma de actuar de los servicios sociales actuando sobre el medio. Potenciado los educadores de familia con preparación y competencias, aumentar los educadores de calle con recursos y medios suficientes que contribuyan a las mejoras de los barrios.

- Respetemos los derechos conocidos de los adolescentes en el ordenamiento jurídico y actuemos siempre según el principio que resalta la ley: el interés superior del menor.

- Pongamos los medios necesarios para evitar la judicialización de las conductas de los adolescentes, favoreciendo siempre que sea posible la conciliación con la víctima y en su caso la reparación de los daños.

- Que los jueces en las resoluciones de los casos, prioricen las medidas educativas y ejemplarizantes sobre internamientos y otras medidas.

- Finalmente, que se actúe siempre con la máxima celeridad y que se den respuestas inmediatas a la comisión del delito o falta.

Manuel García Souto

Responsable de la Pastoral Penitenciaria



[1] El presente artículo fue escrito por el Padre José Narbona Santamaría. Amigoniano. Director de la Sección de Justicia Juvenil de la Conferencia Episcopal. Departamento de Pastoral Penitenciaria. El artículo se encuentra publicado en una separata de la revista juvenil MJ Estudios (Separata MJ 470. Marzo 2016, pág. 13-24).
[2] Según el Instituto Nacional de Estadística a fecha de  1 de Enero de 2015
[3] Lumen Gentium 25